4 junio, 2023

Día 12 de la Alarma

Finalizó el pleno del Congreso de los Diputados a las dos de la madrugada. Aprobada la prórroga del estado de alarma solicitada por el Gobierno. Lo prioritario sigue siendo contener la pandemia, de la que no escapan los cuatro primeros mandos de la Guardia Civil, también contagiados. Otra noticia para desayunar es que los tests rápidos adquiridos para detectar el virus a una empresa china son insuficientes o incompletos. Algunos medios señalan que la empresa no tenía licencia. El Gobierno, a primera hora de la tarde, desmiente que esa partida hubiera sido adquirida en aquel país. O sea, engaño como a un chino.

El móvil sigue llenándose fácilmente de mensajería de todo tipo. Hay algunos graciosas y otros infames. Al mediodía, cuando los únicos habitantes de la plaza son hombres y mujeres que sacan a paseo a sus perros y quieren jugar con las palomas, las cifras hacen intuir una muy leve mejoría, o quizá sea más adecuado decir que son tantos los deseos de que cambie la tendencia que una reducción en la comparativa es apreciada así. Uno de los refranes de toda la vida que cambia con la pandemia: Dios los cría y ellos se contagian.

Julio Pérez ya ejerce como consejero de Sanidad del Gobierno de Canarias. Compatibilizará los dos departamentos, el que ocupaba, Administraciones Públicas, Justicia y Seguridad, y Sanidad. El relevo, probablemente, tendrá secuelas: los socialistas tinerfeños cerrarán filas en torno a Teresa Cruz, seguro. Pero ahora mismo el horno no está para disquisiciones orgánicas. Pérez llegó a ser vicepresidente del ejecutivo autónomo, en cierta ocasión, cuando tras la censura a Jerónimo Saavedra, en 1993, hubo que recomponerlo. Le acompañamos cuando tomó posesión. Fueron pocos días, pero fue vicepresidente.

En algún guasap, el mensaje es ¡Fuera el miedo! En algún lugar, cuando suena el aplauso de las siete, alguien hace sonar por megafonía el himno de la Legión. Ya el otro día se escucharon gritos en plan arenga. Otro dislate, que haberlos haylos en medio de la penuria que padecemos. Aprovechados que son algunos.

El infarto que acabó con la vida de Santiago Morales Torres entristece el final de la jornada. Morales fue futbolista, delantero, ambidiestro. Jugó en Puerto Cruz, Spórting San José de Las Palmas y Canarias, de Venezuela. Era de la generación siguiente a los componentes de aquel Puerto Cruz llamado el pequeño Real Madrid, memorable expresión que poetizó Vicente Yanes. Morales marcó, de cabeza, el gol que adelantó a Puerto Cruz en la eliminatoria con el Real Madrid en el Campeonato de España de Aficionados de principios de los setenta. La reacción de aquel campo abarrotado fue increíble. Veloz y de remate contundente, en El Peñón era muy temido por los entrenadores de los equipos visitantes. Un linaje familiar futbolístico el suyo, padre y hermanos, todos jugaron el vieja cazuela portuense. En julio del año pasado, le tributaron un homenaje conjunto con Sebastián González Villavicencio. Descanse en paz.

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