Día 15 de la Alarma

Tan temprano es pronto para apreciar el cambio horario pero, como todo, habrá adaptación. Seguimos la misa televisada por La 2 desde una capilla en la que solo hay una persona. La resurrección de Lázaro, el anticipo de la muerte de Cristo, dice el arzobispo oficiante en homilía. Es cuaresma en cuarentena.

A mediodía, por empeño del profesor Guerrero Lemus, que obra el milagro de la conexión, también visual, participamos en una conversación en la que se analiza la evolución de la pandemia, en casi todas las escalas, poniendo el acento en las repercusiones. Contamos las vivencias y las impresiones personales.

Pero en el Puerto también se habla de balcón a balcón. Le sugerimos a Agustín González, vicedirector de Diario de Avisos, que encargue una foto de esa que mantienen dos mujeres de dos edificios a los que solo separa la calle Nieves Ravelo. Se las escucha desde los alrededores.

Cecilia Domínguez Luis, premio Canarias de Literatura, nos sigue obsequiando con sus estrofas críticas y vitalistas en una red social. ¡Ay, las redes! Cuánto mayor valor tendrían con aportaciones como la de la poetisa, con testimonios fundamentados, con criterios respetables y respetuosos. Pero no. La de descalificaciones y denuestos que circula está haciendo desistir a mucha gente que anuncia su hartazgo, se despide y no quiere saber nada, al menos durante este período cuya motivación principal debería estar centrada en el ánimo recíproco.

La división europea se va acentuando. La situación es crítica, no es hora de egoísmos pero se han desatado. Vuelve el euroescepticismo. Alguien bromea con la foto en que se agolpan centenares de coches que quieren acceder a México desde Estados Unidos desde un punto fronterizo. Las vueltas que da la vida: hasta hace nada, era al revés con el inefable muro de Trump.

Apoyo sindicalista y critica empresarial confluyen en la decisión gubernamental de restringir la actividad laboral. Solo la esencial. Más o menos, la indispensable para resistir en la economía de guerra que ya se aprecia. Que nadie dude: se trata de salvar vidas humanas, primer gran objetivo. Prioritario.

Dos hechos que llaman la atención, en medio del imponente silencio nocturno dominical: uno, seis meses de cárcel para un vecino portuense por desobediencia: burló el confinamiento hasta en cuatro ocasiones y desafió a los policías actuantes. Y dos, se espera disponer en las próximas horas del hospital de campaña con ciento ochenta camas que el Cabildo Insular instala en el recinto ferial de la capital tinerfeña.

De la incomprensión a la solidaridad palpables.

DÉJANOS UN COMENTARIO CON TU OPINIÓN