Día 24 de la Alarma

En efecto, este martes se conmemora el Día Mundial de la Salud. Es el día de la humildad y paciencia, si la Semana Santa discurriera por su orden natural de cultos y celebraciones. Habrá que conformarse con las campanas recordatorias.

Temprano aparece el repartidor de butano, después de que los operarios del servicio de recogida de residuos luzcan en su tarea vestimenta protectora.

Entre los primeros mensajes de la mañana, hay uno conmovedor: “Se nos muere la mejor de las generaciones que ha tenido nuestro país. ¡Los vulnerables se nos van!”. Viene firmado con una iniciales, FJGP. “Se van sin poderles dar un merecido adiós a los que menos merecen irse sin ser meritoriamente elogiados. ¡Hasta siempre valientes!”, escribe en el fragmento final del mensaje. Emocionante, sí señor.

Como también lo es la escena de media mañana, bajo el balcón, en torno al cono superviviente de no se sabe qué. Un equipo de Cáritas Diocesana baja de un furgón y a los pocos minutos ya está informando y atendiendo a un ciudadano extranjero, barbado y de abundante melena rubia, que deambula y precisa ayuda, está claro. Se entienden en inglés. No sabe dónde vive. ¿Se estará quedando al raso? ¿Junto a una embarcación quizá? El personal de Cáritas trata de orientarle y hasta le ofrece picadura de tabaco, antes de dejarle una garrafa de agua y una bolsa con alimentos. La escena se repite minutos después, con otro (presumible) extranjero, descamisado y cubierto por un sombrero de estilo mejicano. Le ofrecen una bebida caliente que sorbe sin apenas detenerse. Después de acerca al furgón y le dicen que se separe. Acepta de muy buen grado, como si estuviera advertido de la distancia social. Se van, también el personal de Cáritas, tras el enésimo servicio en plena calle.

No se escucha por la tarde la voz del barítono o tenor invisible. El día anterior nos había dejado con fragmentos de la aria de la ópera Rigoletto, ‘La donna é mobile’. ¡Quién iba a decir que que tendríamos tan cerca, en este peculiar escenario, a Giuseppe Verdi!

El canto, el ensayo, lo que sea, tras bambalinas de pisos o apartamentos, proporciona un especial sentido musical a las largas jornadas de confinamiento. Hoy, por fortuna, parece remitir el encendido tono de los intransigentes y odiadores de una red social. Acaso habrán tenido en cuenta la manifestación del presidente del Partido Socialdemócrata portugués, líder de la oposición y ex alcalde de Oporto, Rui Fernando de Silva Río, cuando en un discurso memorable se dirigió al actual presidente del Gobierno, Antonio Costa: “Le deseo coraje, nervios de acero y mucha suerte. Porque su suerte es nuestra suerte”.

Esto sí que es patriotismo de verdad.

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