Día 46 de la Alarma

Hay sesión de control al Gobierno en el Congreso de los Diputados pero no la seguimos en la tele. El pulso de la calle sigue siendo bajo. Se ve alguna que otra operación de descarga de mercancía. En el balcón de un restaurante cercano colocan una pancarta con el reclamo de comida distribuida a domicilio gratuitamente. Se animan los preparativos aunque las reacciones de restauradores y propietarios de cafeterías son escépticas: les parece que la ocupación del 30 %, dispuesta en las previsiones gubernamentales, no les satisface porque no es rentable, según dicen. Miren por donde se confirma que el negocio en algunas localidades o sectores de las ciudades estaba en las terrazas, en la calle, en la ocupación de la vía pública. A ver si el virus va a terminar siendo el regulador de esa ocupación. De ello hablamos también en una tertulia radiofónica. Veremos cómo evoluciona y qué se desprende de la casuística, que será infinita.

Lo que es un rumor se confirma por la tarde: este año no habrá embarcación de la Virgen del Carmen. Los lamentos circulan rápidamente en redes sociales. Estamos a dos meses y medio de esa procesión marítimo-terrestre y cómo evolucionará la pandemia es una incógnita pero en el Ayuntamiento no quieren riesgos con las concentraciones humanas.

Para cumplir un encargo de traslado de utensilios, pasamos por Cupido, trasera del antiguo colegio de los padres agustinos, recinto del Torreón Ventoso. Estampa de abandono. Hay un montón de tejas apiladas en un lateral mientras la hierba crece salvaje en espacios abiertos. Es visible la desidia, que también conlleva sus riesgos. Alguien debería tomar la iniciativa y promover su limpieza. Ya se sabe que esos abandonos no hacen sino crecer.

Hay padres y madres que se toman muy en serio lo del acompañamiento de sus hijos. A los menores se les ve desconcertados. Toda las calles, toda la plaza para ellos, les hace mirar a diestra y siniestra, arriba y abajo. Un niño abandona su patinete y se aferra al regazo materno mientras saborea un chupete. Menos gente hoy aplaudiendo en los balcones.

Noticia llamativa de un bebé nacido en una patera. La vida, la emigración irregular, sigue deparando hechos insólitos mientras se lucha por la supervivencia.

Por cierto, los datos en Canarias, cuando pasadas las ocho de la noche, el sol sigue proyectando sus últimos rayos en azoteas y paredes de edificios, siguen apuntando que se divisa la luz en el túnel. Es una pequeña ventana de claridad: hay dos mil doscientos cinco casos, ciento treinta y cinco decesos y mil ciento veintiuna altas. Es decir más de la mitad de las personas afectadas por la COVID-19 en las islas se han recuperado.

Cerca de las once de la noche, como ayer, pasa un helicóptero. El último apunte de la jornada.

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