Bueno, pues la Policía Local no se llevó el cono que durante días y semanas permaneció en la calle, indicando algo o indicando nada. Alguien lo puso allí, en un lateral del costado sur de la plaza, antecediendo a la calle Nieves Ravelo, y allí quedó. Testigo mudo de los efectos de la alarma en el Puerto de la Cruz. Pero no: alguien lo trasladó hasta una de las columnas donde los canes orinan en la calle José de Arroyo.
Allí lo vimos cuando salimos a la farmacia y a tramitar una transferencia bancaria, de mascarilla provisto. Trabajan en la techumbre del Dinámico, que así se llamará siempre, aunque ahora tenga una denominación distinta. Reparan un lateral y y unos soportes. Se nota que la reapertura está próxima. Esta vez saludamos personalmente a los esposos De la Rosa, todas la tardes puntuales en el balcón para aplaudir a quienes como servidores públicos siguen esmerándose para la atención a quienes la necesitan. Hay gente en las vías, no solo quienes componen una larga lista de espera en una de las dos entidades bancarias del paseo Quintana, en cuyo descenso nos encontramos a más amigos, algunos difíciles de reconocer por la dichosa mascarilla.
Una hilera de vallas amarillas bien alineadas en la calle La Marina, desde Santo Domingo. Casetas de obra frente a la Antigua Casa de la Real Aduana, superviviente de un espléndido conjunto arquitectónico en el Puerto de otras épocas. Se trata de una obra del Cabildo Insular de Tenerife consistente en la provisión de una red de descarga de caudales de aguas pluviales diferenciada de la de aguas residuales. La actuación se ha podido iniciar tras la firma telemática del correspondiente contrato, el primero que se rubricado de esta forma tras la declaración del estado de alarma. La finalidad es disminuir los riesgos de las inundaciones en las calles y crear un nuevo punto de vertido en la zona del muelle, al que precederá un sistema de limpieza que evita la acumulación de flotantes y sedimentos. El presupuesto de las obras, que deben estar culminadas en la primera decena de julio próximo, asciende a doscientos sesenta y seis mil seiscientos ochenta y cuatro euros.
De retorno a casa, el paso por la plaza supone volver a ver rostros y personas que la frecuentaban antes de la alarma. Es la prueba de un desconfinamiento gradual: nada mejor que el céntrico espacio para contrastarlo. Paseos lentos, paradas de salutación, bancos sombreados, conversaciones con la debida distancia… Estampas como las de antes. O casi. La pila sigue vacía y la ñamera no está como la cantara María Rosa Alonso pero casi.
Un vecino, antes de subir los cuarenta y cinco escalones, cuenta el desvío que hubo de seguir para llegar desde Icod de los Vinos. Un segundo desprendimiento en menos de veinticuatro horas ha obligado al área de Carreteras del Cabildo Insular de Tenerife a efectuar el cierre temporal de la TF-5, a su paso por Los Realejos, punto kilométrico 42,800. En su relato se refiere a una pareja que salvó milagrosamente la vida. El derrumbe sí afectó a un vehículo. En una nota del Cabildo, en efecto, se indica que los desvíos se están llevando a cabo, en sentido norte, a la altura del kilómetro 39,5, a través de la salida 39, guiando el tráfico hacia La Guancha por la carretera TF-342, para luego volver a conectar con la TF-5. En dirección hacia Santa Cruz, el tráfico se desvía en el cruce de la TF-5 con la TF-352 hacia La Guancha para, luego, a través de la TF-342, guiarlo hacia Los Realejos y conectar de nuevo con la TF-5. Están preparando la señalética correspondiente: con el desconfinamiento, cada vez serán más los usuarios de la carretera. Menos aplausos a las siete de la tarde, todavía con sol brillante. A esa hora, ya se sabe que el Gobierno de la Comunidad de Madrid ha reconsiderado lo de los menús infantiles que excluía las piezas de fruta donadas gentilmente por Plátano de Canarias. Ayer dejamos constancia de ello. Lo que son las cosas. Y esto no es menos importante que la dimisión de la directora general de Salud Pública de la Comunidad a raíz de querer pasar a la fase 1. Vaya crisis.