Uno de los lugares más peculiares e interesantes a visitar en la jornada del día de la Cruz en nuestra ciudad es la casa de Felipe Barreto Hernández. Un artesano que, aunque no pudo dedicarse profesionalmente a esta tarea, siempre mostró gran habilidad en esa noble tarea de dar forma creativa a elementos simples como las escamas de pescado tan propias por la tradición marinera de nuestro municipio. Don Felipe, que ya cuenta con bisnietos en su familia, nos muestra una apariencia física y vitalidad poco habitual para su edad, lo que unido a su tesón y paciencia han sido ingredientes fundamentales para modelar su carácter y su obra.
Cada año por estas fechas muchos portuenses y turistas se acercan hasta su casa en la calle Enrique Talg, frente a la cruz del Lomito, y allí son recibidos por él y su familia con actitud acogedora. En el pequeño salón de su casa, que por estos días es desalojado de sus muebles habituales, nos ofrece su pequeña y valiosa exposición de su trabajo de ornamentación de la Cruz que curiosamente fue construida con madera de una cruz que en tiempos de convulsiones políticas fue destrozada.
Don Felipe cuenta en su haber con un carácter agradable, de gran sensibilidad artística, y nos narra que su afición proviene desde su infancia, cuando acompañaba a su madre que vendía pescado. Su temprana vocación artística le empujó desde aquellos tiempos a intentar transformar las escamas en otras formas posible que pasaban por su imaginación. Y después de más de cuarenta años perfeccionando su original técnica nos presenta ahora un trabajo merecedor del mayor de los reconocimientos . Cada pétalo, cada flor contienen en si muchísima dedicación y cariño que finalmente nos aporta un fruto que sólo puede ser posible del carácter de un hombre paciente, tranquilo alejado de las prisas o intenciones comerciales.
Nos unimos a las voces que en el pasado han pedido que el Ayuntamiento organice en una próxima conmemoración de las festividades de la Cruz una exposición con todo el trabajo que ha ido realizando a lo largo de estos años. Una muestra que a buen seguro será un reconocimiento a lo nuestro, al arte popular y en este caso conectado con los elementos marineros. Un evento de escaso coste y gran proyección con la adecuada promoción.
Gracias Don Felipe, usted nos ha vuelto a recordar la importancia del trabajo bien hecho, del tomarse el tiempo suficiente para estar satisfecho con las cosas que hacemos en una época donde todo transcurre tan deprisa.