Como cada año en las Fiestas de Julio, la pila de la ñamera de la Plaza del Charco sirve como pequeño océano para representar en miniatura espacios que son nuestros y que están cargados de vivencias. En esta ocasión el muelle y su entorno tienen su representación en formato de maqueta. La Viuda Yanes, y tantos otros edificios que ya han desaparecido nos recuerdan otros tiempos donde las barcas cuando arreciaba la marejada había que recogerlas hasta la Plaza. Nuestro reconocimiento a la Agrupación Ranillera y la Asociación de Vecinos «La Peñita», artífices de mantener esta tradición que se reinventa y se mejora en cada edición. (Fotos Moisés Pérez)