España – Waterpolo – Mundial 2019 – Corea del Sur

Del fútbol y el baloncesto me pasé hace años a la natación, al waterpolo, al salvamento y socorrismo y a la natación sincronizada. Fue en las décadas finales del siglo XX, cuando me vine de La Orotava a vivir al Puerto de la Cruz por razones familiares. Tres hijos, una hembra y dos machos, y los tres a la piscina del Martiánez, que en realidad era municipal. Comenzamos en los años 80 y Marrero y Roberto se sucedieron en la presidencia del histórico club portuense. Pedro Lucas y Jesús Cuartero entrenaron en la piscina. Ya por entonces fueron célebres los encuentros internacionales como el Torneo del Atlántico y luego en 1999 el Torneo Humboldt con participación de equipos de Alemania, Cuba y Canarias. También la fusión deportiva en salvamento y en natación sincronizada de los equipos del Puerto de la Cruz. ¡Eran otros tiempos! Veinte años después tenemos la oportunidad de contemplar estas actividades del agua pero por la televisión, ya que la piscina municipal está sumida en el olvido a pesar de las buenas intenciones de los dirigentes políticos de las últimas etapas.

En estos días el campeonato mundial celebrado en Corea del Sur a lo largo del mes de julio ha servido para ofrecer muchos resultados de cierto interés. La mayoría de tipo deportivo obviamente y algunos de tipo social, y si no que se lo pregunten al nadador chino que superó todas las barreras de la cortesía deportiva a la hora de competir. Desde la óptica deportiva España ofreció resultados interesantes, no solo por la cuantía de los triunfos sino por la actitud de muchos deportistas intervinientes, sobre todo a nivel de equipo. Tanto chicas como chicos. En waterpolo y en fútbol principalmente. En waterpolo femenino España llegó a repetir la final con los EE.UU.  y en waterpolo masculino alcanzó la final después de diez años de ausencia. Lo importante no es sólo participar, ni ganar, sino ofrecer una actitud de lucha permanente con calidad y técnica. Meterse en los partidos con espíritu abierto de lucha. Eso fue lo que pude en estos días veraniegos cuando las chicas ganaron en waterpolo a Holanda o los chicos a Serbia y Croacia. Lo mismo sentí cuando vi el Francia-España de fútbol con penaltis incluidos. Al igual que con el trabajo de la polifacética Ona Carbonell cuando participó en la sincronizada.

En definitiva, nos sentimos optimistas cara a la Olimpiada en 2020 a celebrar en Tokio, de manera particular con el waterpolo español, de chicas y de chicos. Por eso es bueno contar en Canarias con el Echeyde en la división de honor pese a las dificultades con las que se tropieza el club tinerfeño, a la hora de contar con una cantera apropiada por falta de instalaciones deportivas adecuadas para la práctica del waterpolo. Primero fue la piscina del Puerto de la Cruz, ahora, aunque momentánea, la de Santa Úrsula, sin olvidar las de La Orotava, Los Realejos y San Juan de la Rambla. Para colmo algunos colegios privados pasan de ello.

La natación es cosa aparte, incluido Mireia Belmonte, a pesar de los comentarios de la prensa española. Vds. no se imaginan la desilusión de los jóvenes nadadores canarios y de sus padres cuando nos encontramos en la calle. Todo lo contrario de los catalanes que cuentan con clubes respaldados por instituciones y sociedades comprometidas con los valores del deporte en general. Y si no que se lo pregunten a los equipos de natación del Sabadell, Barceloneta, Barcelona, Cataluña, Pueblo Nuevo, Terrasa, Mataró, San Andreu, etc. En el caso de Tenerife, con cerca de un millón de habitantes, no solo se trata de dinero ni de prioridades con el fútbol o el baloncesto, que lo es, se trata del compromiso de las instituciones y de las sociedades con los jóvenes a formar en el mundo de la cultura, la educación y el deporte. Para ello hacen falta infraestructuras, es decir piscinas adecuadas, y con una por municipio es suficiente, aunque el Puerto de la Cruz espera desde hace años un Centro de Alto Rendimiento.

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