En numerosos escritos relativos al Puerto de la Cruz se menciona al elevado risco llamado El Peñón, situado junto a la costa oeste del Puerto de la Cruz, como procedente de las erupciones que tuvieron lugar a lo largo de 1430 en el Valle de la Orotava, recogiendo como fuente la aparente tradición oral de los guanches que sobrevivieron a la conquista de la isla por los españoles. Uno de los primeros en relacionar esta fecha con una aparente tradición guanche oral en la parte baja del Valle de La Orotava fue M. Borda. Humboldt recibió esta información de Borda en la preparación de su viaje a Tenerife en 1799 y publicó esta fecha para la erupción del Valle de La Orotava en una lista de recopilaciones históricas de Tenerife. Esta lista fue posteriormente repetida sin mayor crítica o revisión por numerosos autores posteriores lo que perpetuó el error hasta épocas bien recientes.
El ilustre geólogo D. Telesforo Bravo en el pregón de la Fiestas del Gran Poder de Dios correspondiente al año 1993 [1], afirmó lo siguiente:
“…Si analizamos la morfología del solar municipal, sus límites en el mar comienzan en la Playa del Bollullo y terminan en la Punta Gorda, en la prolongación del Camino del Burgado, que es límite con Los Realejos. Esta costa es acantilada hasta los riscos de La Paz, donde cambia de dirección y se dirige por la margen derecha del Barranco de Martiánez hasta el Tope, San Fernando, Montaña del Taoro (antigua Montaña Miseria), Salto del Barranco, y por un desnivel debajo de La Dehesa hasta Los Frailes y Punta Gorda, donde se restablece la antigua línea de costa. Todo el espacio comprendido al Norte de esta línea, fue ganado al mar. Y esto no es una afirmación gratuita, ya que en galerías que para investigación de aguas subterráneas alcanzaron el antiguo acantilado bajo La Dehesa, aparecieron arenas limpias de playa con conchas de moluscos, y en los derrubios al pie del acantilado, huesos de lagartos gigantes, desaparecidos en tiempos pretéritos.
La altura de este acantilado no sobrepasa los 80 m y toda la plataforma al norte de la línea nombrada fue ganada al mar en dos fases volcánicas. En la primera, que es de fecha antiquísima, las lavas bajaron por los valles de los barrancos de Martiánez y San Felipe, donde había sendas playas y así se formaron los dos grandes bajíos, el de Martiánez y el de Mequínez. Este último arrastró grandes bloques que dejó abandonados cerca del mar, como el Peñón del Fraile, el Calvario y el que hasta hace poco existía en la calle Peñón. Entre ambos bajíos quedaba una amplísima bahía, que seguramente fue utilizada por los navegantes que reconocieron las costas en los comienzos del siglo XV, una vez iniciada la ocupación de las otras islas del Archipiélago”.
Vemos por la narración de D. Telesforo que la zona de San Felipe y el Barrio de la Ranilla se formaron en la primera fase eruptiva, que tal como el geólogo portuense describe, dio asimismo origen a los tres peñones portuenses.
Siguiendo con la conferencia D. Telesforo afirmó a continuación:

“La siguiente fase volcánica que modificó profundamente la citada bahía inundándola de lava y donde se levanta el casco del Puerto de la Cruz, es casi de fecha histórica, ya que según una tradición guanche tuvo lugar en 1430. A lo largo de una recta fisura volcánica desde Las Arenas a Palo Blanco se produjeron cuatro focos de emisión, dos de los cuales la Montaña de las Arenas y La Montañeta, afectaron a nuestro litoral. De la primera bajaron torrentes de lava que salvando la Montaña del Taoro, inundaron la bahía desde San Telmo, Punta del Viento, Santo Domingo y el Penitente hasta la Casa de la Aduana.
El límite era la acera del naciente de la actual calle de Blanco. Entre esas lavas y el Bajío de Mequínez, quedó un ancho canal que fue el Charco de los Camarones, hoy Plaza del Charco.
Las lavas de La Montañeta alcanzaron la costa desde el camino del Burgado hasta la margen izquierda del Barranco de San Felipe, irrumpiendo en el mar y formando Punta Brava, donde actualmente las olas baten furiosamente tratando de recuperar lo perdido”.
Esencialmente, D. Telesforo nos afirma que el Puerto de la Cruz surge a consecuencias de dos erupciones muy distantes en el tiempo, la primera de ellas, muy antigua dio origen a los Bajíos de Martiánez y Mequinez, con sus respectivos acantilados rocosos, dejando en medio una amplísima bahía. Posteriormente, a causa de la segunda erupción que según afirma tuvo lugar en 1430, esta bahía se rellenó fundamentalmente por la erupción de la Montaña de las Arenas, cuyas lavas descendieron por la Montaña del Taoro, dando origen a las zonas rocosas que actualmente conocemos como San Telmo, Punta del Viento, Santo Domingo, el Penitente (o El Infierno como se le llamó antiguamente), hasta llegar a la zona del actual muelle que luego ocupó la Casa de la Real Aduana.
La erupción del volcán Boca Cangrejo en 1492
En la página 54 del libro “El Volcán Teide. Geología y volcanología del Teide y las dorsales” [2]escrito por J. C. Carracedo y colaboradores, se dedica un amplio comentario a la erupción del volcán Boca Cangrejo de 1492, que muchos autores han identificado como “la erupción de Colón”, atendiendo a que el navegante genovés, en el Diario de a Bordo de su primer viaje hacia América, escribió:
“el Almirante resolvió a 23 de agosto (de 1492) volver con sus dos naves a Gran Canaria. Zarpó al día siguiente… y pasó aquella noche cerca de Tenerife, de cuya cumbre que es altísima, se veían salir grandes llamaradas. Puesto que sus hombres se asombraban, les explicó el fundamento y la causa de aquel fuego, aduciendo al respecto el ejemplo del Monte Etna en Sicilia, y de otros muchos donde se veía lo mismo. Pasada aquella noche, el sábado 24 de agosto llegaron a Gran Canaria…”.
De acuerdo con este relato, sabemos que Colón cruzó de la Gomera a Gran Canaria la noche del 23 de agosto de 1492 y que vio grandes llamas en la cumbre de la isla. En su diario Colón no dice que las vio en el Teide, sino “en la cumbre que es altísima”, lo que deja abierta la puerta a que las llamas de la erupción pudieran proceder de una cota más baja.
Los autores del anteriormente citado libro, han llevado a cabo la datación de la fecha de la erupción del volcán Boca Cangrejo a través del análisis de las proporciones de carbono trece y de argón de las rocas expulsadas por este volcán. Como fruto de su estudio, afirman en su publicación que: “la edad de radiocarbono del volcán de Boca Cangrejo, situado en el Rift noroeste a unos 2 Km al sur del Chinyero y a una altura de 1500 m., es perfectamente compatible con la observación de Colón, por lo que se puede incluir esta erupción de Boca Cangrejo de 1492 entre las erupciones históricas de Tenerife”.

Citaré a continuación la descripción y situación del volcán Boca Cangrejo, usando para ello las palabras de los autores ya citados: “El volcán Boca Cangrejo es un pequeño cono de cínder situado a poco más de un kilómetro del Chinyero (1909). El aspecto de las coladas de ambas erupciones es similar en cuanto al grado de conservación, reimplantación del bosque, etc. Al estar situado en la fractura de Chío, las lavas de Boca Cangrejo, de composición intermedia, se derraman por la ladera en dirección suroeste, muy ramificadas sobre las coladas de Montaña Cascajo. Al llegar a la zona de Arguayo forman un único brazo, cayendo en cascada al Valle de Tamaimo, que recorren sin llegar al mar”.

Evidentemente, los autores entre los que se encuentra el portuense Juan Carlos Carracedo, identifican la erupción que divisó Colón desde el mar viniendo desde La Gomera a Tenerife en 1492, con la erupción del volcán Boca Cangrejo, lo que introduce una importante contradicción, pues este volcán se halla situado en la vertiente centro norte de la isla, y tal como indican los autores no llegó a alcanzar la costa cercana de Garachico y por ello nunca pudieron dar origen al suelo sobre el que actualmente se asienta el Puerto de la Cruz .

Esta conclusión choca frontalmente con la versión aceptada por otras muchas publicaciones, que citando como fuente la tradición oral de los antiguos guanches, concluyen que fue la erupción observada en 1430, la que dio origen al suelo en que asienta hoy día la ciudad del Puerto de la Cruz.
Una opinión discrepante
En interesante comentar que la doctora Carmen Romero Ruiz, profesora de la Universidad de La Laguna y especialista en geomorfología volcánica, asegura haber hallado una referencia documental hasta ahora desconocida, procedente de una “fuente fidedigna del siglo XVIII, que habla textualmente de la primera erupción volcánica producida en Tenerife, después de la conquista de la isla”. La relevancia de este hallazgo radica en que “especifica por dónde corrieron las coladas lávicas, las cuales coinciden con la erupción de Boca Cangrejo”.
Se puede deducir de esta controversia es que si Boca Cangrejo entró en erupción después de conquistada la isla de Tenerife, que como sabemos concluyó en 1496, entonces el fuego de la sierra que viera Cristóbal Colón y que relató en su diario no pudo ser la erupción de Boca Cangrejo. Es necesario tener en cuenta además, que las dataciones realizadas con isótopos radiactivos, tal como fue la llevada a cabo por Carracedo y colaboradores para este volcán, nunca dan una fecha exacta, sino un espacio temporal en el que se encuentra la fecha del objeto, en este caso la roca volcánica estudiada. Pues bien, para terminar de sembrar la duda, parece que la datación dada por Carracedo y colaboradores puede encajar también con los nuevos los datos aportados por la investigadora Romero. Tendremos que esperar para saber si nuevas y más precisas dataciones pueden elucidar cuál de las dos fechas es más correcta, pues en caso de ser la opinión de la doctora Romero, quedaría en el aire nuevamente cuál fue la erupción que vio Colón en su viaje desde La Gomera a Tenerife en 1492.
Conclusión
El estudio comentado permite descartar terminantemente, que fuese la erupción que vio Colón, la que dio origen al suelo del Puerto de la Cruz. Por tanto, se puede aseverar que la fecha de formación del suelo donde se asienta actualmente la ciudad del Puerto de la Cruz no data de 1430, como se venía sosteniendo hasta hace relativamente poco tiempo.
Notas
[1] Pregón de las Fiestas de Julio de 1993, pronunciado por el Dr. D. Telesforo Bravo Expósito. El Día, 25-VII-1993, pp. 54/XII a 55/XIII.
[2] El Volcán Teide. Geología y volcanología del Teide y las dorsales. J.C Carracedo, E. Rodríguez Badiola, H. Guillou. S. Scaillet, M. Paterne y F.J. Torrado. 2ª Ed. 2008.
Ir a la segunda parte de este trabajo en el siguiente enlace: https://www.puertodelacruz.com/los-origenes-fisicos-del-puerto-de-la-cruz-y-2/