¿Qué fue del olvidado proyecto del «Monumento a la Temperatura»?

Resulta indiscutible para muchos, no sólo en el momento presente sino a lo largo de la historia reciente, que una de las virtudes más destacadas y apreciadas del Puerto de la Cruz es la bondad de nuestro clima.

Monumento a la temperatura - Teodoro Rios 1966
Monumento a la temperatura – Teodoro Rios (1966)

Nuestro pueblo siempre ha gozado de unas condiciones climáticas atemperadas en las diferentes estaciones del año y una horquilla de temperaturas muy corta que permiten no sufrir los embates de frio o calor que se viven en otros puntos de la geografía española y europea.

Los historiadores que investigaron los orígenes del turismo en el Puerto de la Cruz siempre destacaron que el buen clima de nuestra ciudad fue un gran atractivo, un gran imán, para los viajeros procedentes de Europa que recalaban por nuestras calles desde el siglo XVIII.

Pero es ya en el siglo XX cuando la industria del turismo empieza a emplear las incipientes técnicas de promoción, con una disposición más proactiva de ir a buscar al turista y convencerlo para que visite nuestra ciudad. Lógicamente para ello había que recabar nuestros mejores atributos como destino turístico y entre ellos se encontraba de manera destacada nuestro excelente clima. Algunos se atrevieron a nominar al Puerto de la Cruz como poseedor del “mejor clima del mundo”, algo que nos parece un poco exagerado y subjetivo aunque no cabe duda de que tuvimos y seguimos teniendo un clima envidiable.

 

Imeldo Bello Baeza - Monumento a la Temperatura
Imeldo Bello Baeza

Imeldo Baeza y el “Monumento a la temperatura”

En todo este contexto fue el gran fotógrafo portuense Imeldo Bello Baeza, quien concibió en su etapa de concejal del Ayuntamiento portuense que una manera de afianzar en la mente de los turistas la excelencia de nuestro clima era mediante un “Monumento a la temperatura” y que éste estuviera ubicado en lugar relevante en la ciudad. Imeldo quería que la obra contuviera de manera destacada la representación de un termómetro que reflejara las excelentes temperaturas del Puerto de la Cruz y así proyectar este valor a todo el mundo.

 

Muchos intentos, muchos padres, ninguna realidad

La idea avanzó hasta el punto de que se bocetó la fisonomía del monumento y prueba de ello la imagen que acompaña este artículo que muestra una acuarela realizada por Teodoro Ríos en 1966 y que le envía al propio Imeldo Baeza.

Pero este proyecto parece que siempre estuvo marcado por un cierto gafe que ha impedido que se convirtiera en realidad a lo largo de las décadas posteriores y hasta el momento presente.

En 1969 muchos creyeron que podría hacerse realidad pero solo fue un espejismo temporal; En 1988 fallece Baeza (¡hace ya 30 años que nos dejó!) sin ver realizado este proyecto al que tanta ilusión le puso en vida. En octubre de 1998 todo apuntaba que se realizaría pero tampoco salió adelante y la última vez que supimos de que la idea se activaba nuevamente fue en 2006 cuando la Corporación Municipal aprobaba una moción por unanimidad para su realización.

Termómetro en el Canal de SuezSe decía en la moción que la obra debería encargarse a un artista canario de renombre y se recordaba que en el pasado hubo, en el popularmente conocido como Canal de Suez, una representación menor de la idea de este proyecto que incluía un termómetro, a la altura de la Plaza de Víctor Pérez. Por otra parte se mencionaba que la “presencia de los vientos alisios que acarician nuestras costas mantienen una cómoda temperatura de 22,3º centígrados de media anual, lo que, junto a la brisa del mar genera veranos no sofocantes e inviernos templados con temperaturas entre 17 y 22 grados”. Ya en la propia moción se reconocía el error de no haber explotado más las bondades de nuestro clima en las estrategias promocionales de la ciudad y consideraba que la presencia del monumento ayudaría a fijar este hecho en la mente de los turistas que nos visitan y a poner en valor estas condiciones envidiables en la conciencia de los portuenses.

Pero una vez más la idea se engavetó y no cobró vida. De este proyecto todos siempre han dicho “¡que buena idea!” pero nadie ha hecho lo suficiente para que se volviera una realidad, algo lamentable ya que podría convertirse en todo un icono de una de nuestras señas de identidad como destino turístico. El buen tiempo del Puerto de la Cruz es un valor intangible que debería tener una representación tangible en ese tantas veces olvidado proyecto del “Monumento a la temperatura”. ¿Lo veremos algún día?.

DÉJANOS UN COMENTARIO CON TU OPINIÓN