Los Realejos inauguró, este martes 3 de marzo, sus actos oficiales por el día Internacional de las Mujeres bajo el lema “Las mujeres hacemos historia” con la presentación en la Casona de la Rambla de Castro de la publicación “Mujeres Canarias”, un nuevo trabajo de Le Canarien Ediciones ilustrado por el reconocido artista Víctor Jaubert y en el que una de sus protagonistas, María de Betancourt y Molina, protagoniza uno de sus capítulos estrechamente vinculados a este paraje natural norteño donde nació en 1758.
Se inauguró los actos conmemorativos y procedió al descubrimiento de una placa que da nombre a una de las salas de audiovisuales que estrenará en breve la citada casona y que se conformará como un nuevo recurso didáctico del Aula de Naturaleza Rambla de Castro, con sede oficial en dicho inmueble.
La concejala de Igualdad del municipio, Macarena Hernández, y el representante de la editorial Zebensuí López Trujillo, acompañaron al mandatario local que además dio paso a una ruta interpretada sobre la vida y obra del referido personaje femenino por el paraje natural de la Rambla de Castro en la que participaron las diferentes asociaciones de mujeres de Los Realejos.
Manuel Domínguez señaló que “el reconocimiento a esta realejera de tanta repercusión científica y cultural, a través de este nuevo libro, y la denominación de una da las estancias de su propia casa con su nombre pretende perpetuar su figura para las generaciones presentes y futuras, así como poner en valor a una gran mujer de la historia de Los Realejos”
María de Betancourt y Molina
María Betancourt y Molina fue una de las pioneras científicas de Canarias, una mujer que fue capaz de trabajar con la meticulosidad de una científica en su laboratorio casero, cuando la enseñanza estaba restringida a los varones.
Por su casa pasaba toda la élite intelectual canaria y europea, esto le facilitó estar al tanto de los acontecimientos y cambios que se producían en el mundo. Implicada directamente en los problemas que generaba la industria de las manufacturas sederas y los intentos de mejorar la calidad y producción de esta práctica. Se aficionó desde temprana edad a la investigación y la ciencia. Fue, sin lugar a dudas, una destacada mujer de la sociedad tinerfeña de su época. Su contribución fue muy importante en la elaboración de recetas de tintes y en el diseño, junto a su hermano Agustín de Betancourt, de una máquina epicilíndrica para entorchar seda. Ambos presentaron en 1778 a la Real Sociedad Económica de Amigos del País, el documento titulado “Método económico para tintes de carmesí fino”. También se debe a ella la primera cinta tejida de terciopelo en la isla de Tenerife y la modernización de la industria de la seda. Falleció en 1824. Sin embargo, de su legado apenas se sabe, más allá de algunas referencias biográficas ligadas a su hermano”.