Vecinos por el Puerto señala en una nota informativa que el grupo de Gobierno que dirige Marcos Brito ha justificado el cierre de la Escuela de Música y de la Universidad Popular por razones económicas ya que las medidas de ajuste obligadas por Madrid así lo disponen. Pero que “lo cierto es que este grupo de gobierno llevaba este objetivo (el cierre de ambos organismos) en su programa oculto, desde hace mucho tiempo, porque fueron creados por gobiernos de otro signo; y por eso decidió dejarlos morir poco a poco, priorizando desde hace muchos ejercicios otros gastos, en lugar de invertir en la formación y educación de los portuenses. Además, adjudicarle la responsabilidad a Madrid, es un argumento que difícilmente se sostiene porque llevan gobernando desde octubre de 2009 hasta ahora y antes lo hicieron desde 2003 hasta 2007. Es decir, de los últimos diez años han gobernado ocho”.
Continúa señalando esta formación que “la culpa sea de Madrid no deja de ser la misma excusa que lleva exhibiendo este Grupo de Gobierno para intentar tapar su muy deficiente gestión. Y es que ni en Los Realejos, ni en La Orotava ni en Tacoronte, por poner tres ejemplos de municipios cercanos, las escuelas de música van a cerrar. Este es ni más ni menos que el resultado de la manera de gobernar de los últimos años (8 de los últimos 10 años gobernados por Marcos Brito con el apoyo del PP): la que ha provocado el cierre de dos símbolos de la educación y la cultura de nuestro municipio. Una gestión que debería haber convertido estas dos instituciones en herramientas fundamentales e innovadoras para la formación y el progreso de los portuenses y de la ciudad”.
Finalmente añaden que “su nula y estática gestión, cargada de sectarismo y opacidad ha contribuido decisivamente a convertir el Ayuntamiento de Puerto de la Cruz cada vez más en un consistorio pobre, endeudado y sin ideas, que no duda en recortar instituciones educativas que han contribuido decisivamente a la formación de los portuenses desde hace más de 20 años. Con esta decisión Marcos Brito, Sandra Rodríguez y Juan Carlos Marrero, atrasan el reloj, apagan la luz del municipio y nos llevan a la época de las cavernas, condenando a los portuenses a vivir una larga y oscura noche. La realidad es que no creen en la cultura, ni en las capacidades de los ciudadanos del Puerto de La Cruz, que un día fue puerto de entrada de la Ilustración en Canarias y que hoy el gobierno municipal quiere convertir en un desierto hipotecado, sin alma y sin ilusiones. Estos tres ediles deciden llevarnos a todos en el sentido contrario a las ciudades que hoy están progresando, las que fomentan la educación y la cultura de sus habitantes”.
